En Repostería Lojeña llevamos más de medio siglo como orgullosos embajadores del Rosco de Loja. Cariño, tradición y la mejor materia prima son nuestro secreto.
Loja, puerta de entrada a la Vega granadina por el oeste ha gozado históricamente de una gran importancia por su ubicación. Llamada, 'Alfeifa' por los fenicios, 'Tricolia' por los romanos y ya 'Medina Lauxa' o 'Loxa' por los árabes, este municipio del Poniente Granadino no sólo heredó de los musulmanes su nombre, sino que de generación en generación se ha sabido transmitir la receta del postre por excelencia ligado a su pueblo: el Rosco de Loja.
Los primeros registros escritos que se conocen sobre ellos se remontan al año 1836.
Nuestra tradición en la elaboración de los Roscos de Loja se remonta a principios del siglo XX cuando D. Antonio Sola Redondo, bisabuelo de la actual generación comienza con nuestro obrador. Corrían los primeros años 60, cuando los hijos de D. Antonio se hicieron cargo del negocio familiar, centrándose en la elaboración de este preciado producto.
El Rosco de Loja es el dulce más preciado de nuestra tierra, ¿pero de qué está hecho? En Repostería Lojeña no tenemos secretos y estamos encantados de mostrarte cómo lo hacemos en nuestro obrador: